Europa avanza hacia un modelo económico descarbonizado para convertirse en el primer continente climáticamente neutro en el año 2050.
Los planes para transformar su actividad hacia ese objetivo se han visto acelerados por los efectos de la pandemia mediante la aprobación, por parte de la Comisión Europea, de una inversión histórica para la recuperación. En estos fondos, encaminados especialmente a impulsar la digitalización y la sostenibilidad, uno de los sectores que contará con más recursos es el del transporte. Se quiere conseguir un cambio modal donde el ferrocarril, por sus numerosas ventajas medioambientales y de vertebración, sea el protagonista.
En línea con la estrategia europea, en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) español, cerca del 20% de los fondos asignados como no reembolsables, 13.200 millones de euros están destinados a implantar un nuevo sistema de movilidad, libre de emisiones y dotada con los últimos desarrollos tecnológicos. De ellos, 6.300 millones de euros se destinan al ferrocarril: mejora de cercanías, grandes corredores europeos, actuaciones en terminales intermodales y logísticas, transporte de mercancías, etc. Se trata de una apuesta sin precedentes, una oportunidad única que abre la puerta a que las empresas del sector aporten su know-how y su extensa experiencia en los numerosos proyectos previstos hasta el año 2026. El PRTR destina dos de sus componentes a los planes de ampliación de este medio en entornos urbanos, la mejora de la red de cercanías, el respaldo a la intermodalidad y la culminación de los corredores Atlántico y Mediterráneo.
Pero a pesar de estas noticias a priori favorables para nuestra industria, es necesario más que nunca el apoyo y definición de reformas por parte de la administración en aspectos que merman la competitividad nacional e internacional, como son el coste de la electricidad disparado, el incremento del transporte de mercancías y logística, especialmente para la exportación, la dificultad de atraer y mantener el talento en nuestra industrial y sector en general, la dificultad de proveernos de determinados componentes clave por su escasa oferta actual o la subida generalizada del coste de las materias primas entre otros.
Entramos en la recta final de 2021, un año, el del ferrocarril, que pone de relieve el gran movimiento que existe en la industria y las expectativas para los próximos meses. Un trayecto, el de la reactivación, que viaja en el tren de la sostenibilidad.
