La Ley de Cambio Climático y Transición Energética que tramita España se alinea con “El Pacto Verde europeo” y busca la descarbonización de la economía. La progresiva implantación de las medidas supondrán también una transformación en el sector ferroviario. De forma paralela, el Ejecutivo trabaja en la “Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada.
El Consejo de Ministros español aprobó el 19 de mayo de 2020 el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Esta normativa pone en el centro de la acción política la descarbonización y el impulso a las fuentes renovables, como vectores clave de la reactivación económica. Se trata del marco institucional para el desarrollo sostenible y la descarbonización de la economía española que busca conseguir un una mayor cohesión social con un modelo de actividad que proteja el medio ambiente.
En el preámbulo de la Ley se resalta que se movilizarán más de 200.000 millones de euros de inversión, con capital privado y público, entre los años 2021 y 2030. Muchas de las iniciativas previstas se acelerarán para impulsar la actividad económica tras la pandemia.
Los primeros objetivos se establecen para 2030, fecha en la que se quieren reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 20% respecto del año 1990. Ese mismo año se quiere alcanzar una penetración de energías renovables en el consumo final de un 35%. Además, un 70% del sistema eléctrico debe abastecerse de fuentes limpias.
En 2050 las emisiones de GEI deberán reducirse al menos un 90% con respecto a 1990 y el sistema eléctrico deberá ser ya 100% renovable.
Movilidad sin emisiones
El apartado IV de la citada ley titulado “Movilidad sin emisiones y transporte”, busca alcanzar un parque de turismos, y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2.
En los grandes municipios, de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares, se introducirán medidas para la mejora y uso de la red de transporte público para su electrificación y para el empleo de otros combustibles sin emisiones de gases de efecto invernadero, como el biometano. También habrá un mayor impulso a la movilidad eléctrica compartida. El transporte ferroviario en España también se suma a este cambio de modelo.
Estrategia de movilidad segura, sostenible y conectada
Los planes hacia la descarbonización de la economía española se ven reforzados por otras iniciativas del Ejecutivo como la “Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada”. En ella se trabaja en sintonía con los ODS y la agenda 2030 que aboga por una concepción global e inclusiva de las políticas del transporte, focalizada en el respeto medioambiental y un uso intensivo de las nuevas tecnologías.
Se apuesta por los medios de transporte de bajas emisiones y por convertir las infraestructuras en redes inteligentes y sostenibles.
Entre las medidas que se plantean se incluye el trasvase modal hacia modos como el tren, el uso de vehículos ecológicos, el aumento de la eficiencia energética del conjunto del sector, el impulso a una red de energía inteligente ferroviaria, la renovación del material rodante o la iluminación LED en estaciones.