España es uno de los principales países del mundo donde el ferrocarril se ha convertido en la pieza esencial de su movilidad.
El ferrocarril en España es uno de los medios de transporte clave, que destaca, principalmente, por su extensa y moderna red. La decidida apuesta que se ha hecho en los últimos años, las grandes inversiones en avanzadas infraestructuras, así como el esfuerzo constante en I+D han situado al país a la cabeza en vanguardia tecnológica y know how en el desarrollo de proyectos de especial envergadura en todo el mundo.
Los datos así lo reflejan. En alta velocidad, España figura en los primeros puestos de las principales potencias, con una red de 3.240 kilómetros, la segunda más extensa del mundo sólo después de China, y en la que se han invertido en 26 años de historia 51.775 millones de euros. Además, se encuentran operativos los avances más vanguardistas del mercado, muestra del destacado papel que desempeñan las nuevas tecnologías. Se trata del país europeo con mayor grado de implantación del sistema europeo de señalización ERTMS (EuropeanTraffic Management System), con más de 2.000 km equipados con este sistema, el
más moderno y avanzado hasta la fecha. Además, cuenta con el trayecto interoperable más largo de Europa, que discurre entre Barcelona y Málaga, en el que material rodante equipado con ERTMS circula por una infraestructura con sistemas de señalización suministrados por cuatro fabricantes distintos.
Una peculiaridad destacada es que en la red española existen distintos tipos de vía: ancho ibérico o convencional (1.668 milímetros) y vigente en la mayor parte de la red; ancho estándar UIC o internacional (1.435 milímetros), en las líneas de alta velocidad; y el ancho de vía estrecha (menores de 1.435), que en España es prácticamente ancho métrico (1.000 milímetros). Todas ellas se combinan de forma muy eficiente gracias a los avances de los fabricantes de material rodante nacionales, que han desarrollado sistemas de cambio de ancho de vía para que pueda ser compatible la operación de trenes de pasajeros. Junto a la moderna red de alta velocidad, el país cuenta con una completa malla ferroviaria de regionales y cercanías, que hacen del ferrocarril un medio vertebrador prioritario de su territorio. A todo ello se unen los modernos sistemas de metro y tranvía, así como los recientes modelos de tren-tram que también se han implantado en varios centros urbanos.
Las siete ciudades españolas más grandes cuentan con metro: Madrid, Barcelona, Bilbao, Palma de Mallorca, Málaga, Valencia y Sevilla.
Además, hay sistemas de metro ligero y tranvía en otras once: Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Tenerife, Zaragoza, Murcia, Alicante, Vitoria, Sevilla y Granada.
En cuanto a los corredores de mercancías, se trabaja en un impulso aún mayor en las conexiones con Europa.
Estructura del sector
Entre los principales actores del sector ferroviario español se encuentra el Ministerio de Fomento, que se encarga de la administración del conjunto del sector, la planificación estratégica, la ordenación general y regulación del sistema, especialmente en todo lo relacionado con la seguridad e interoperabilidad, y con las relaciones entre los agentes del sector.
Por su parte, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), creado en 2003, administra las nuevas líneas de alta velocidad y ancho UIC que figuran en su balance (Madrid-Sevilla, con el ramal de acceso a Toledo, y Madrid-Zaragoza-Lleida; un total de 1.010 km) y la red convencional de ancho ibérico (11.780 km). Además es responsable de la construcción de nuevos ramales.
Otro actor clave es Renfe Operadora, única compañía que gestiona el transporte de pasajeros (cercanías, larga y media distancia y alta velocidad). Este holding empresarial de carácter público tiene cuatro subsidiarias: Renfe Viajeros, Renfe Mercancías, Renfe Fabricación y Mantenimiento y Renfe Alquiler de Material Ferroviario. Ofrece también servicios de transporte de mercancías.
Entidades autonómicas
Asimismo, la estructura del sector incluye otras entidades que tienen encomendadas tareas similares a Adif y Renfe pero a escala autonómica. Entre ellos, los Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) en la Comunidad Valenciana; los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) en Cataluña; Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) en Islas Baleares; así como Euskotren y EuskalTrenbideSarea (ETS) en el País Vasco.
En el transporte ferroviario de mercancías, se encuentran presentes Renfe Mercancías, Acciona Rail, CAPTRAIN España, Continental Rail, Ferrovial, Pecovasa, Logitren, Tracción Rail, Transfesa y Transitia.
Liberalización ferroviaria
El sector español atraviesa un momento de cambio, ya que se procede, como en el resto de países miembro, a la liberalización siguiendo las normativas dictadas por la Unión Europea (UE) en 2016 en el “Cuarto Paquete Ferroviario”. Este conjunto de propuestas entran en vigor de forma completa en julio de 2019.
Esta legislación, con la que se quiere alcanzar un espacio único en toda la zona de la UE, se marca un triple objetivo. En primer lugar, precisar el papel de cada uno de los actores que intervienen (administradores de
infraestructuras y empresas ferroviarias) con el fin de asegurar que desempeñan un papel completamente independiente de sus funciones. En segundo, abrir el mercado de pasajeros a la competencia en el año 2020. Para ambas metas se aprobaron las tres normas que recoge “Pilar de Gobernanza y Mercado”: La Directiva 2016/2370/UE del Espacio Único Europeo; el Reglamento (UE) 2016/2338 relativo a los servicios públicos de transporte de ferrocarril y carretera y el Reglamento (UE) 2016/2337 del Parlamento Europeo y del Consejo, de diciembre de 2016, sobre las normas comunes para la normalización de las cuentas de empresas ferroviarias.
El tercero de los objetivos se trata en el “pilar técnico” para armonizar la seguridad e incluye otras tres reglas: la Directiva 797/2016 de Interoperabilidad, la Directiva 798/2016 de Seguridad Ferroviaria y el Reglamento 796/2016 de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea.
Esta transformación conlleva la participación de empresas privadas en la operación de los servicios de transporte ferroviario, que competirán con la empresa pública Renfe. En mercancías, desde el año 2007 ya están presentes una serie de compañías privadas, mientras que en el ámbito de pasajeros el proceso sigue en marcha, y ya se han concedido algunas licencias.
Inversiones
Varios programas están enfocados a la consecución de un sistema ferroviario moderno, consolidado en el que se sigan incorporando las nuevas tecnologías y los avances más punteros que llegan con la transformación digital en todos los campos.
El Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2024, define la cartera de servicios públicos en materia de transportes. El objetivo es la optimización de las infraestructuras existentes y la planificación adecuada a las necesidades reales. Un punto importante es que se impulse la participación del sector privado en las inversiones, la optimización del uso de las infraestructuras y la mejora de la competitividad.
A ello se suma el “Plan de Innovación para el Transporte e Infraestructuras”, que promueve rutas inteligentes así como la eficiencia energética y la sostenibilidad. Estos apartados se agrupan, a su vez, en 21 líneas que se concretan en 67 iniciativas. El programa tiene un importe de 50 millones de euros para un periodo de tres años. Por su parte, Renfe Operadora ultima un plan estratégico a cinco años (2019-2023). El fin, prepararse ante la apertura a la competencia del transporte de viajeros en 2020. Dentro de este programa se contempla un ‘macrocontrato’ de compra de nuevos trenes, con una inversion estimada de unos 3.000 millones de euros. Asimismo, está en marcha el “Plan de Impulso del Transporte de Mercancías por Ferrocarril 2017-2023” que tiene como objetivo mejorar su eficiencia. La adquisición de estos vehículos puede suponer una inversión superior a 100 millones de euros.