LA INDUSTRIA FERROVIARIA ESPAÑOLA, HA DEMOSTRADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS SU CONOCIMIENTO PARA LIDERAR EL DESARROLLO DE LA MODERNA INFRAESTRUCTURA DE ESTE TIPO DE TRANSPORTE EN EL MUNDO. Y ANTE EL DESAFÍO FUTURO, MANTIENE SU IMPULSO PARA CONTINUAR SIENDO EL SOCIO PREFERENTE, CON UN MODELO SÓLIDO DE CADENA DE VALOR.
Ya ha quedado atrás la dureza de los años marcados por la Covid-19, y tras una transición compleja, la industria ferroviaria española se enfrenta a una serie de retos a futuro, manteniendo siempre su capacidad de actuación en todos y cada uno de los campos que exige su buen hacer tecnológico, que le ha consolidado como uno de los principales proveedores de soluciones de vanguardia para el transporte del siglo XXI a nivel mundial.
Ahora hay que hacer frente a los retos que plantean las nuevas tecnologías a la seguridad ferroviaria, al uso de los nuevos combustibles que permitan desechar, cada vez más, el combustible diésel de las locomotoras e ir a propulsores a base de electricidad, de pilas de hidrógeno, de litio…
Todo ello en base a la Agenda 2030 marcada por el gobierno español, y por la apuesta europea de ser el primer continente climáticamente neutro en el año 2050, con una ambiciosa hoja de ruta que quiere que el ferrocarril sea su principal protagonista, considerado desde Bruselas como una pieza clave en esa transición hacia una movilidad sostenible.
Un desarrollo para consolidarse como principal proveedor de soluciones en el siglo XXI
La evolución de estos años para la industria ferroviaria española, tras un desarrollo logrado en décadas, le ha permitido consolidarse como uno de los principales proveedores de soluciones para el siglo XXI, y asentarse con presencia en proyectos de más de 95 países. Su conocimiento tecnológico le ha permitido superar los grandes retos con un alto nivel de complejidad en el diseño, en la ejecución y con un excepcional despliegue tecnológico.
Se puede señalar, pues, que la industria española es un reclamo fuera de nuestras fronteras, y que su huella, su “buen hacer”, está presente en las infraestructuras ferroviarias de todo el mundo, donde se ha desarrollado las redes más eficientes, seguras y sostenibles.
Presenta una buena carta de servicios en, por ejemplo, Australia, Colombia, Turquía o Nueva Zelanda. Y ha sido solicitada su presencia y experiencia para proyectos de metro, tranvías, líneas ferroviarias convencionales y alta velocidad en países como India, Canadá, Estados Unidos, Australia, Polonia o países de Oriente Medio y Latinoamérica, donde han ayudado a planificar los programas de transporte de las principales ciudades y de numerosas redes de metro.
“El desarrollo de modernas infraestructuras de transporte en todo el mundo tiene sello español. En los últimos años, la industria ferroviaria de este país ha exportado su tecnología y conocimiento a más de 95 países de los cinco continentes. Su modelo de éxito: una sólida cadena de valor muy competitiva, apuesta por la i+d más vanguardista, know how único y excelencia en el servicio”.