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Informe Reuse: Economía Circular aplicada al sector ferroviario

por Patricia

LA UNIÓN INTERNACIONAL DE FERROCARRILES (UIC) HA IMPULSADO EL INFORME REUSE, UN DOCUMENTO CON EL QUE HACE UN BALANCE DE LAS PRÁCTICAS DE GESTIÓN DE RECURSOS SOSTENIBLES EN EL FERROCARRIL EUROPEO PARA PROPORCIONAR UNA SELECCIÓN DE ENFOQUES PROBADOS Y ESTRATEGIAS QUE MEJORAN LOS RESULTADOS Y CON EL OBJETIVO DE REDUCIR EL IMPACTO MEDIOAMBIENTAL DE LAS ACTIVIDADES INDUSTRIALES FERROVIARIAS.

Entre las iniciativas destacadas para impulsar la Economía Circular en el ferrocarril destaca el ‘Informe REUSE’, un proyecto de la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC). Se trata de un documento en el que la asociación hace un balance de las prácticas de gestión de recursos sostenibles en el ferrocarril europeo para proporcionar una selección de enfoques probados y estrategias que mejoran los resultados.

El contexto bajo el que se elabora el informe es la previsible escasez futura de recursos naturales necesarios para las empresas ferroviarias, así como el aumento de sus precios, lo que puede cambiar los modelos comerciales tradicionales y exigir nuevos sistemas de gestión de residuos, de flujos de residuos y de materiales al final de su vida útil y de emisiones.

No en vano, si para 2017 se preveía un uso mundial de recursos de materias primas naturales de casi 90.000 millones de toneladas, todo indica que esta cifra podría duplicarse antes de 2050. Este aumento está marcado, tal y como indica la propia UIC, por el crecimiento de la población y las tendencias de consumo, con un cambio de la demanda de recursos renovables a no renovables, hacia las nuevas tecnologías, el crecimiento urbano y el industrialismo.

Ante este contexto, REUSE tiene como objetivo proporcionar un inventario de prácticas relacionadas con el uso sostenible de los recursos y la Economía Circular, con el fin de:

• Ayudarles anticiparse a futuros desabastecimientos y aumentos de precios que podrían ser muy costosos para las empresas ferroviarias.

• Reducir el impacto medioambiental de las actividades industriales ferroviarias, reduciendo los residuos y la contaminación.

El proyecto, de 2 años de duración, incluyó un grupo de trabajo en el que se compartía conocimientos a este respecto, así como una investigación sobre las prácticas de circularidad en los ferrocarriles. El resultado final se presentó en un seminario web interactivo (el 15 de abril de 2021) e incluye un informe final. Durante el seminario sobre prácticas de economía circular en el sector, se reunió a unos 80 representantes (socios del proyecto, expertos en economía circular de los miembros de la UIC, directores de sostenibilidad, partes interesadas externas) de 19 partes interesadas del sector ferroviario con sede en 35 países diferentes de todo el mundo. Los debates proporcionaron una fuente adicional de información que fue incluida para completar el informe final.

Durante el seminario sobre prácticas de Economía Circular en el sector, se reunió a unos 80 representantes (socios del proyecto, expertos en Economía Circular de los miembros de la UIC, directores de sostenibilidad, partes interesadas externas) de 19 partes interesadas del sector ferroviario con sede en 35 países diferentes de todo el mundo. Los debates proporcionaron una fuente adicional de información que fue incluida para completar el informe final.

Dicho informe final, denominado ‘REUSE: Prácticas circulares en el ferrocarril y caminos a seguir’, constituye una guía de referencia de fácil uso para los miembros de la UIC permitiéndoles comprender mejor los conceptos y estrategias de la Economía Circular. Entre otros aspectos, esta guía de buenas prácticas recoge el ahorro de costes y las aplicaciones innovadoras de los principios de la Economía Circular en estudios de casos reales y probados en el ferrocarril europeo. El informe también destaca las lecciones y buenas prácticas que se pueden encontrar en otros sectores y modos de transporte.

Uno de los principales puntos en los que REUSE hace hincapié es que, en términos de sostenibilidad de la movilidad, el ferrocarril siempre suele compararse con la carretera, la aviación y el transporte marítimo y que los estudios se centran en el coste medioambiental que supone el propio acto de trasladar personas y recursos del punto A al B (es decir, calidad del aire, emisiones de CO2, ruido, contaminación del agua…). “Sin embargo, es importante no ignorar el impacto de las actividades subyacentes de construcción y renovación de infraestructuras debido a la gran cantidad de material utilizado. La mayor parte de las emisiones se producen durante la producción de materiales y, por tanto, es necesario adoptar una perspectiva de ciclo de vida para evaluar las emisiones de las infraestructuras de transporte”, explica el documento.

“REUSE hace hincapié en que la sostenibilidad en el transporte va más allá de la movilidad en sí; también entraren juego el impacto de las actividades de construcción y renovación de infraestructuras”

Buenas prácticas para el reciclaje de componentes ferroviarios

REUSE, basándose en los estudios realizados, determina que las mejores prácticas de Economía Circular y reciclaje en el sector ferroviario pueden clasificarse en cuatro categorías: logística de tratamiento de materiales; reutilización y reciclaje para el grupo principal de materiales ferroviarios (balasto, traviesas, carriles y agujas); material rodante; y materiales de apoyo (equipos informáticos, fluidos o ropa).

Materiales para las vías. Reutilización y reciclaje para el grupo principal de materiales ferroviarios

En este apartado se engloban las mejores prácticas en materia de reciclaje y reutilización de tres grandes componentes ferroviarios.

• Balasto. Algunas de las ideas recogidas en el informe, como esta de DB, explica que “el balasto puede reciclarse y devolverse a la red de vías existente. Los granos que no se pueden reutilizar se clasifican y se venden para ser reciclados en otro lugar, por ejemplo, como agregado en la construcción de carreteras.

• Traviesas. Dentro de los ejemplos de buena práctica, REUSE destaca la idea de TRAFIKVERKET, quien “ha obtenido resultados positivos de su proceso de adquisición de traviesas ‘Design, Bid, Build’. Un estudio de caso incluía una contratación que abarcaba 400.000 traviesas al año. En una cláusula de la licitación se pedía una reducción del 20% de las emisiones durante el periodo 2018-2022, y aunque no indicaba explícitamente cómo se debía alcanzar el objetivo fijado sí establecía claramente el requisito de utilizar la metodología del ACV. Los resultados preliminares muestran una reducción del 26% de las emisiones de CO2 y del 14% de los costes. Siguiendo esta buena práctica, a todos los nuevos proyectos con presupuesto superior a 5 millones de euros se les solicita una reducción del 18% de las emisiones de CO2 en comparación con las traviesas producidas de forma tradicional”.

Material rodante

Se trata de un elemento que, en un principio, no fue abordado en el cuestionario inicial del proyecto. Sin embargo, la reutilización y el reciclaje del material rodante fue expuesto por los participantes como una pieza importante para lograr los objetivos de circularidad.

Además de buenas prácticas como la adquisición sostenible y la mejora de la calidad de los productos, los entrevistados señalaron otro posible enfoque respetuoso con el medio ambiente: el desmantelamiento y la venta de la totalidad o de determinadas partes del material rodante envejecido que ya no es adecuado para su renovación.

Logística de tratamiento de materiales

En este punto, tal y como se especifica en el informe, es importante establecer una división lo más clara posible entre los conceptos de reutilización y reciclaje. Los entrevistados y participantes argumentaron que, a pesar de que conocían bien las diferencias fundamentales desde el punto de vista teórico, en la práctica es difícil distinguir entre ambos.

Sin embargo, es importante diferenciar ya que “hay que tener en cuenta un conjunto de normas completamente diferentes en el caso de que los materiales se reciclen de alguna manera o se reutilicen”. A este respecto, y dado que los materiales deben ser inspeccionados en detalle, sometidos a pruebas y, por último, a la opinión de un experto, estos han de comprobar que, incluso después de la transformación, los materiales son de la misma calidad que las materias primas iniciales. En este sentido, la recogida centralizada de residuos resulta ser un ejemplo de buenas prácticas.

Entre las ideas destacadas en este apartado se señalan:

• Por un lado, PRORAIL, que indicó “que sería una buena idea tener un mercado europeo común, especialmente para las piezas especializadas más pequeñas y caras. Porque como algunos elementos no están normalizados, incluso un pequeño detalle técnico puede hacer que sean incompatibles y, por tanto, no aptos para ser intercambiados entre países”.

• Por su parte, SNCF RESEAU planteó la cuestión de la organización de la construcción y la reconstrucción en términos de localización. Dado que el transporte es un factor que contribuye tanto a los costes como a la huella medioambiental, el enfoque centralizado debe planificarse cuidadosamente durante las fases de diseño. Es necesario realizar un inventario de los productos potencialmente reutilizables en el proyecto donante y, al mismo tiempo, identificar los proyectos receptores que estén próximos tanto geográfica como temporalmente”.

Materiales de apoyo (equipos informáticos, fluidos o ropa)

No erramos si afirmamos que las empresas ferroviarias suelen ser grandes organizaciones, por lo que cualquier medida que se tome se traduce en un beneficio medioambiental. En este sentido, los participantes de REUSE mencionaron como material más destacado el plástico. “Se destacó especialmente el reto de limitar el uso de plásticos desechables”.

Entre las buenas prácticas dignas de mención están la solicitud de compra de productos de limpieza con envases retornables, la sustitución de los dispensadores de agua por fuentes de agua potable, etc.

Otra forma muy importante de reducir los plásticos de un solo uso es el abandono de los billetes trilaminados. Irish Rail, por ejemplo, informó de un ahorro medioambiental de 5.319 kg de CO2 y un ahorro de costes de 70.000 euros anuales sin impacto en el rendimiento”, tal y como se explica en el informe.

 

 

 

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