Mantener el sistema ferroviario europeo (trenes y vías) tiene un coste anual superior a los 10.000M€. A la hora de gestionar el mantenimiento, la mayoría de las soluciones se basan en unos puntos de inspección que se testean una vez al día (caso de las ruedas) o una vez cada varios meses (rail o perfil de la rueda). Una política óptima de mantenimiento, basada en el conocimiento de las condiciones de los componentes, supondría un ahorro de entre el 30% y el 85% de los costes totales de mantenimiento.
El proyecto Railfiller -desarrollado por Ceit, FGG y Tria- busca implementar un sistema de reparación in-situ de componentes metálicos de la infraestructura ferroviaria mediante fabricación aditiva. El proyecto reducirá significativamente los métodos actuales de mantenimiento así como el impacto ambiental a fin de contribuir a la sostenibilidad del transporte ferroviario.