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Largas distancias en Estados Unidos: Potencial en crecimiento

por Patricia
locomotora-BNFS

Las conexiones ferroviarias ganan peso en estados unidos. con el objetivo de hacer frente a la congestión del tráfico aéreo y la sobrecarga de la red de mercancías. La administración federal, los gobiernos estatales así como el sector privado impulsan trayectos más competitivos mediante la modernización de los servicios intercity y la llegada de la alta velocidad.

La red ferroviaria de Estados Unidos es la más larga y dinámica del mundo con 140,000 millas (225.308 kilómetros) de rutas operativas. Las líneas de transporte de mercancías representan casi el 80%, mientras que la de pasajeros tiene una extensión de 35.000 kilómetros.

El transporte de materias primas y bienes es considerado como el mejor del mundo en términos de seguridad, fiabilidad y precio. Cada día se mueven unos cinco millones de toneladas a puertos, centros de distribución y negocios. Además, se estima que un tercio de las exportaciones a mercados internacionales se hace por ferrocarril.

Estas líneas son propiedad de numerosas compañías privadas. En total, existen 538 rutas, de las cuales, siete de ellas son de Clase I, que significa que han obte- nido beneficios superiores a 453 millones de dólares (425 millones de euros). Union Pacific Railroad y BNSF Railway son las de mayores dimensiones. Junto a ellas, tam- bién destacan Ferrocarril Nacional Canadiense (Canadian National Railway), Ferrocarril Pacífico Canadiense (Canadian Pacific Railway), Transporte de CSX, Kansas City Ferrocarril del Sur y Norfolk Ferro- carril del Sur.

Perspectivas de futuro

A pesar del gran peso de este tipo de transporte, la administración federal (Federal Railroad Administration) estima que su volumen se incrementará en un 35% hasta el año 2050. De ahí que sea necesaria una gran inversión para hacer frente a la congestionada red, que también está muy saturada por la gran importación de petróleo. En cuanto a las líneas ferroviarias de pasajeros, están a cargo de la compañía nacional Amtrak.

Hay más de 30 rutas que conectan 500 destinos en 46 estados de la Unión, así como el distrito de Columbia. También llegan a Toronto y Montreal, en Canadá. Las inversiones de las dos grandes compañías de mercancías tienen como objetivo, dar salida a la saturación actual de este tipo de transporte en el país como se detalla a continuación.

BNFS

En 2016, se aprobó un programa de inversión de 4.300 millones de dólares (4031 M€). De esta cantidad, 2.800 (2.625 M€) se destinan a mantener la red en las mejores condiciones, tal como resaltó el presidente de la compañía, Carl Ice, con el objetivo de aumentar la capacidad de transporte y la seguridad. Más de 300 millones (281 M€) irán al programa de mejora de los sistemas de control.

A su vez, 600 millones de dólares (562 M€) se emplearán en la adquisición de material móvil motor (nuevas locomotoras,) y remolcado (vagones) así como a equipamiento ferroviario. La expansión de la red también es prioritaria, por lo que BNSF ha asignado a este plan más de 500 millones (469 M€) para obras de duplicación de vía en varios tramos. En el Estado de Washington, 220 millones (226 M€), se llevan a cabo trabajos de infraestructura y superestructura en más de 1.260 millas de vía (2.027 kilómetros), además de la modernización de la señalización y control. También se realizan programas adicionales en el estado así como en Nuevo México y Minesota.

UNION PACIFIC

Union Pacific también realizará una inversión privada que aumentará la eficiencia y la seguridad de sus líneas. La compañía tiene 51.000 kilómetros de vías férreas en 23 estados de EE.UU. que equivalen a dos terceras partes del oeste del país. Además, tiene alianzas comerciales con cerca de 200 ferrocarriles así como con compañías de transporte terrestre en los Estados Unidos, México y Canadá.

Entre las iniciativas incluidas en su estrategia de crecimiento competitivo, se des- tinarán 513 millones de dólares (481 M€) para mejorar la infraestructura, 429 millones (402 M€) para el mantenimiento de vía, y otros 79 (74,05 M€) para la remodelación de puentes. Además, han asignado una partida para la línea Pinehurst-Navasota, en el sureste de Texas con el fin de reemplazar vías. Unos 22 millones de dólares (20,62 M€) irán a la línea San Antonio-Rockdale. Todo ello forma parte de su plan de mejora para reforzar su posición en el mercado del transporte de mercancías y contar con una red estatal en las mejores condiciones. El fin, incrementar el sistema de transporte multimodal e interconectado.

El ferrocarril vuelve a cobrar fuerza en Estados Unidos desde hace ocho años. La administración de Obama, con el visto bueno del Congreso, apruebó la ley “American Recovery and Reinventsment Act of 2009”. El objetivo, redoblar la apuesta por el transporte ferroviario de pasajeros. Los servicios de larga distancia, intercity, velocidad alta y nuevos proyectos de alta velocidad son los que obtienen más ayudas. Todo ello, con el fin de hacer frente a las previsiones de aumento de población hasta el año 2050 y descongestionar el espacio aéreo. La idea es encontrar una solución terrestre que haga frente a la demanda de nuevos y mejores medios de movilidad en un país con grandes distancias entre ciudades. Esta ley está dotada con una partida de 10.100 millones de dólares (9.445 M€) para proporcionar acceso ferroviario a nuevos núcleos y mejorar la velocidad y la frecuencia de las líneas existentes. Se trata de una inversión histórica y estratégica para reforzar una red de transporte que sea más rápida, segura y eficiente.

Renacen las líneas de pasajeros

Más de 135 millones de americanos, el 44% de la población, vive en una comunidad conectada a un corredor que se beneficiará de las inversiones aprobadas.

Estos fondos se destinarán a tres tipos de redes. Por una parte, a los servicios express denominados “Core Express Service”, que operan en las regiones más pobladas y densas del país a una velocidad media de 125-200 millas por hora (201-402 kilómetros/hora). Por otra, se impulsarán las líneas regionales entre grandes y medianas ciudades, así como los ramales que comunican pequeñas comunidades con las principales redes ferroviarias de pasajeros.

Un dato relevantes es que el 85% de las inversiones federales se con- centrarán en seis corredores clave. Junto a la primera línea de alta velocidad, entre Los Ángeles y San Francisco y las mejoras en el corredor de velocidad alta, “Northeast High-Speed Corridor (NEC)”, cabe destacar otros cuatro: Seattle-Port-land, Chicago-Sant Louis, Chicago-Detroit y Charlotte a Washington. A ellos se unen varias iniciativas privadas.

La alta velocidad avanza

En transporte de pasajeros, la alta velocidad ha cobrado fuerza en los últimos años en Estados Unidos. En estos momentos hay un plan, dividido en cuatro fases, para la construcción de 27.000 kilómetros hasta el año 2030. Además de la que será la primera línea de estas características, California High-Speed Rail; hay varios proyectos en fase de desarrollo: “Midwest High- Speed Rail Line” entre Chicago e Indianapolis o St. Louis y “Texas High-Speed Rail”, entre Dallas y Houston. Dentro de esta financiación federal, además, en julio del año 2016, se aprobó una partida de 25 millones de dólares (23, 2M€) para la implementación de 11 proyectos, en seis estados diferentes, de nuevos sistemas de control bajo el programa denominado “Positive Train Control Implementation”. Con todo ello, Estados Unidos quiere dar respuesta a las nuevas necesidades de movilidad en su red de largas distancias e impulsar el ferrocarril.

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