El proyecto no sólo es considerado como un impulso a la movilidad en Europa, sino que será la vía para establecer un nuevo corredor económico en el noreste de Europa. Figura como uno de los prioritarios de la unión europea dentro de las Redes Transeuropeas de Transporte (RTE-T).
El norte de Europa tendrá un moderno corredor ferroviario que contribuirá a un gran cambio en materia de movilidad. Se trata de “Rail Baltica” una infraestructura que tiene como objetivo integrar a los estados de esta zona en la red europea. Para ello se ha diseñado un enlace internacional continuo que partirá de Tallin (Estonia) y pasará por Parnu y Riga; donde tendrá una parada en el aeropuerto; el trayecto continuará hacia Panevezys hasta llegar a Kaunas (Lituania). Además, desde esta ciudad habrá una conexión a Vilnius, cercana a la frontera con Polonia. A su vez, este país está construyendo su segmento Rail Baltica desde Varsovia a través de Bialystock y Elk para conectar con la frontera lituana. Desde el punto de vista técnico, será una conexión electrificada y de alta velocidad diseñada para tráfico de mercancías y pasajeros. Para su implementación se ha estructurado un calendario de trabajo dividido tres etapas: planificación, diseño y construcción. En la primera de ellas se llevaron a cabo los estudios asociados a las posibles rutas. Sin embargo, aún hay estudios de menor relevancia que se realizarán en las fases posteriores. Hay que señalar también que hay algunas partes del proyecto que se superponen dentro de los tiempos marcados para diseño y construcción. Tras la fase de planificación global ha comenzado la etapa de diseño (2016-2022) cuyas directrices globales se adjudicaron, en julio de 2017, a Systra. La compañía proporcionará a los ingenieros un enfoque estandarizado con unas pautas que garantizarán la interoperabilidad de la nueva línea y acelerarán los dos periodos que quedan por ejecutar.
Avances
El año 2017 ha marcado una etapa con algunos importantes hitos. Por una parte, el acuerdo internacional sobre el proyecto, que define los parámetros técnicos generales, la ruta y el plazo para la construcción, fue ratificado por el Riigikogu en junio de 2017. Además, se llevó a cabo un análisis de costes y beneficios de Rail Baltica, que reveló que los beneficios socioeconómicos del proyecto alcanzan 16 mil millones de euros. En 2017, también se completó con éxito una evaluación de impacto ambiental, que resalta, entre otras cosas, que el ferrocarril tiene un impacto muy positivo en el clima. De ahí la re- levancia de impulsar nuevas rutas como esta. En este último ejercicio también se ha avanzado en algunos aspectos como la adjudicación, en marzo, del diseño de la reconstrucción de la estación Central de Riga para convertirse en un centro de transporte multimodal, así como la provisión de un puente sobre el río Daugava.
El concurso fue adjudicado a las firmas danesas de arquitectura PLH y a la ingeniería Cowi. Se espera que la construcción esté en marcha para el 2022. En estos momentos el estudio de las necesidades tecnológicas y espaciales de la terminal de Muuga (Estonia) se encuentra en su fase final. En 2018, se anunciarán las adquisiciones para los trabajos de diseño de las terminales de pasajeros Ülemiste y Pärnu. Además, a principios de 2018, el propio país asumirá la presidencia del Consejo de Supervisión de AS RB Rail, una empresa conjunta ubicada en Letonia.
Calendario
Según el calendario de actuación previsto, la construcción será de 2019 a 2026. La ruta del Báltico deberá completarse antes del 2025 mientras que el enlace a Varsovia está previsto para 2030. El trazado, de 870 kilómetros, se diseñará con un ancho de vía estándar de 1435 mm, confirmando así todos los requisitos de las Especificaciones Técnicas de Interoperabilidad (ETI). De la ex- tensión prevista, 270 kilómetros atravesarán Estonia, 265 kilómetros Letonia y otros 392 discurrirán por Lituania. La línea, electrificada (2x25kVAC),serádedoblevíay estará equipada con ERTMS. Además, estará preparada para alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h en la ruta de Tallin a través de Pärnu-Riga-Panevžys-Kaunas a la frontera con Polonia. El corredor figura como uno de los prio- ritarios de la Unión Europea dentro de las redes transeuropeas de transporte (RTE-T). Esta ambiciosa iniciativa se ha considerado como el “proyecto del siglo” para los tres países impulsores que lo financian: Estonia, Letonia y Lituania y también para toda Europa nororiental debido a los numerosos cambios que introducirá desde muchos puntos de vista (conectividad, economía, medio ambiente, seguridad, etc.). Un trazado completamente nuevo que marca la diferencia, ya que es la única infraestructura transfronteriza que involucra a tres estados de la Unión Europea. Incluso pueden ser cinco si Polonia y Finlandia deciden convertirse en accionistas. La ejecución del proyecto cuenta con la cofinanciación de la Unión Europea hasta el 85% de los costes totales. Estos fondos forman parte del Mecanismo «Conectar Europa» (CEF).
Corredor económico
El proyecto no sólo es considerado como un impulso a la movilidad en Europa, sino que será la vía para establecer un nuevo corredor económico en el noreste de Europa. Una moderna infraestructura clave para impulsar la riqueza y la competitividad en las naciones bálticas. Una vez en marcha, servirá para la integración de los países bálticos en las nuevas cadenas de suministro regionales y europeas. Cabe destacar que está pensado para formar parte del Corredor de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T); concretamente, se incluirá en la red principal del Mar del Norte-Báltico de la Unión Europea. Este trazado conectará los puertos más grandes de los Países Bajos y Alemania con los tres Estados bálticos; también se habilitará una unión adicional con Finlandia. Se estudia la posibilidad de habilitar un futuro enlace entre Tallin y Helsinki.
Precisamente, la posibilidad de extender la ruta hacia el norte facilita su futura conexión con el corredor ártico; un aspecto clave si se tienen en cuenta las perspectivas de con- tar con una ruta marítima alternativa en el Círculo Norte entre Europa y Asia. Asimismo, como se cruzará con el Corredor Báltico-Adriático en Varsovia dará la oportunidad de crear nuevos desarrollos en la cadena de suministro entre los mares Báltico y Adriático. De esta forma, se reforzarán las sinergias entre los flujos de mercancías Norte-Sur y Oeste-Este.
Coste-beneficio
En el ámbito del tráfico de mer- cancías, tal como se recoge en el Análisis Coste-Beneficio (CBA) de Rail Baltica preparado por Ernst & Young Baltic Ltd (EY), en primer lugar, se estima que aproximadamen- te el 57% de todas las transacciones comerciales se establecerán con Finlandia. En segundo lugar, por el transbordo entre el resto de la UE y la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Y que además, habrá un importante flujo de exportaciones e importaciones entre los tres Estados bálticos. En conjunto, se calcula que el potencial de flete se- ría de 13 millones de toneladas en 2030, 13,5 millones de toneladas en 2035 y aproximadamente 16 millones en el año 2055.
Respeto al medio ambiente
Rail Baltica traerá consigo también grandes cambios en materia de sostenibilidad. Por una parte, al inducir un cambio modal de la carretera al ferrocarril, se promoverá una economía de escala y habrá así una reducción significativa de los recursos monetarios destinados a la mitigación del cambio climático (aproximadamente 3.000 millones de euros). También se aminorarán los gastos asociados a la contaminación acústica (aproximadamente 843 millones de euros).
Un proyecto con gran potencial
El proyecto Rail Baltica es uno de los que mayor apoyo tiene por parte de la Unión Europea. Así quedó latente en su presentación en la Reunión de Ministros de Transporte del G7 en el verano de 2017. Después de firmar el tercer Acuerdo de Subvención con la Agencia Ejecutiva de Innovación y Redes, esta iniciativa habrá atraído 683 millones de euros de financiación del Mecanismo «Conectar Europa» (CEF) para actividades en las fases de planificación y diseño. Cabe señalar que en la última convocatoria de CEF, por primera vez, la Comisión ha atribuido financiación adicional más allá de las asignaciones nacionales, lo que demuestra el firme compromiso de la Comisión con el proyecto Rail Baltica.
El gran valor regional y europeo refleja su importancia y el potencia para proporcionar beneficios más allá de la región del Mar Bál- tico. Se trata de un proyecto de futuro con un enorme potencial.