UNO DE LOS “OBJETIVOS PAÍS” PARA 2030 ES LA UTILIZACIÓN EN RÉGIMEN CONTINUO DE TRENES PROPULSADOS CON HIDRÓGENO EN AL MENOS DOS LÍNEAS COMERCIALES DE MEDIA Y LARGA DISTANCIA EN VÍAS QUE ACTUALMENTE NO ESTÁN ELECTRIFICADAS.
La transformación verde y digital del modelo de crecimiento que ha diseñado en Europa apuesta por el impulso a las energías renovables.
La transición ecológica en la que se trabaja es especialmente importante en sectores con altos índices de emisiones de CO2, como es el transporte. La necesidad de actuar para conseguir este cambio también se refleja en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español donde las fuentes limpias tienen gran peso. Entre ellas, el despliegue del hidrógeno verde como vector energético se considera clave para la alcanzar la neutralidad climática.
El Componente 1 se centra en la demanda y las ayudas se destinan al impulso al vehículo eléctrico y el despliegue de las infraestructuras de recarga, mientras que el número 9 “Hoja de ruta del hidrógeno renovable y su integración sectorial” se dedica a la oferta. Es decir, a cómo ampliar su generación y ponerlo a disposición de los distintos sectores consumidores entre los que se incluye la movilidad. Además, se persigue el objetivo de posicionar a España como referente tecnológico en su producción y aprovechamiento al considerar que es un sector con grandes perspectivas de futuro. De forma más específica se quiere definir un marco estratégico de actuación para su despegue, así como desarrollar proyectos pioneros en proyectos asociados al sector del transporte y en sistemas energéticos aislados.
Uno de los “objetivos país” para 2030 que recoge este componente es la utilización en régimen continuo de trenes propulsados con hidrógeno en al menos dos líneas comerciales de media y larga distancia en vías que actualmente no están electrificadas. Asimismo, se quiere crear un clúster para la integración sectorial que concentre espacialmente la producción, transformación y consumo a gran escala desplazando a las materias fósiles. Entre sus cometidos estaría el de promover soluciones innovadoras de transporte, almacenamiento de hidrógeno y suministro final que minimicen el impacto medioambiental, así como el desarrollo de proyectos singulares pioneros que permitan la introducción del hidrógeno renovable, entre otros, en otros polos industriales distintos al incluido en el clúster y en el transporte.
Ambos componentes contribuirán a lograr los objetivos que en materia de transporte se recogen en la “Hoja de Ruta del Hidrógeno”, un documento guía propuesto por Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). Este documento es el pilar clave sobre el que se basan los planes de inversión y las medidas para impulsar su despliegue, ya que se considera un elemento esencial para alcanzar la neutralidad climática, con un sistema eléctrico 100% renovable en 2050. Además, se considera que su desarrollo incentivará la creación de cadenas de valor industrial innovadora, un gran conocimiento tecnológico de alto valor añadido y la generación de empleo asociada a una economía sostenible.
“El hidrógeno verde tiene su propia “Hoja de ruta” en España y abre las puertas a la innovación en el sector del transporte ferroviario”.
OPORTUNIDAD PARA EL SECTOR FERROVIARIO
Aunque gran parte de los fondos se enfocan al vehículo eléctrico, también hay grandes opciones de desarrollo en el sector ferroviario. El apoyo a la industria de la automoción para favorecer la producción de este tipo de vehículos, tanto en la hoja de ruta como con las ayudas europeas, ejercerá un efecto tractor en el sector. Estos desarrollos y los conocimientos tecnológicos adquiridos se quieren aprovechar para orientar todas esas capacidades industriales hacia varios modos de transporte público como el autobús, los sistemas tranviarios y la red general ferroviaria de hidrógeno renovable.
Asimismo, tal como se recoge en la hoja de ruta, se apuesta por promover estudios y ensayos de viabilidad de la sustitución de los trenes diésel por trenes de pila de combustible para su circulación por líneas parcialmente o no electrificadas. En ellos se contempla tanto la transformación de material móvil existente como la adquisición de nuevas unidades. Además, se podrán en marcha otras medidas para el desarrollo de una infraestructura nacional ferroviaria de repostaje de hidrógeno. En este sentido, se contempla incluir su financiación dentro de los futuros Planes MOVES y en convocatorias comunitarias como el mecanismo Conectar Europa (CEF).
UNA TECNOLOGÍA QUE DESPEGA
Este camino de integración del hidrógeno en el ferrocarril ya está en marcha. Ya hay algunas muestras muy significativas. Por ejemplo, el Centro Nacional de Experimentación de Tecnologías de Hidrógeno y Pilas de Combustible (CNH2), en Puertollano, trabaja en el prototipo de un tren híbrido Talgo que utilizará baterías de hidrógeno y pilas de combustible, y se prevé que esté operativo antes de finalizar 2021. En Huesca se desarrolla otro proyecto a escala industrial de producción de hidrógeno renovable para su posterior aplicación en movilidad terrestre, tanto por carretera como por ferrocarril.
Por otra parte, Renfe Operadora quiere renovar su flota de trenes regionales bajo los criterios de sostenibilidad y descarbonización tan necesarios en el transporte ferroviario. En este concurso para la adquisición de 72 nuevas unidades, se valorará especialmente que puedan circular en tramos electrificados y en aquellos sin catenaria. La tecnología del hidrógeno verde se presenta como una alternativa idónea para este u otros proyectos relacionados con el material rodante libre de emisiones.