
EL TEJIDO EMPRESARIAL ESPAÑOL ES HOY DÍA UN GRAN EXPERTO EN LA PUESTA EN MARCHA DE LOS MÁS MODERNOS SISTEMAS DE TRANSPORTE URBANO. TANTO ES ASÍ QUE SUS SOLUCIONES SE EXPORTAN A TODO EL MUNDO.
La industria ferroviaria española ha contribuido de forma muy activa a la implantación de las numerosas redes de metro, tranvía y cercanías que conforman el mapa del moderno transporte público del mundo. Un know-how tan latente y sólido que es requerido a nivel mundial.
Junto a ellas, incluso algunos organismos entre los que se encuentran Metro de Madrid y TMB (Metro de Barcelona) están diversificando sus líneas de negocio al exportar sus modelos de planificación a otras redes suburbanas del mundo.
América
En Sudamérica se suceden numerosos proyectos de estas características que abarcan desde planes globales hasta proyectos llave en mano, suministros de material rodante y rehabi- litación de sistemas. Entre ellos destacan, por ejemplo, el Plan Nacional de Transportes (Costa Rica) o el Plan Estratégico de Movilidad (Ecuador). También hay una clara presencia en
suburbanos como Metro de Santo Domingo (República Dominicana), Fortaleza, Recife, Brasilia y Sao Paulo (Brasil), Santiago de Chile y Valparaíso (Chile), Medellín (Colombia), Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey (México), Bogotá (Colombia), Caracas y Maracaibo (Venezuela), Quito (Ecuador) y Panamá (Panamá) y el futuro tren eléctrico de Guatemala (Guatemala). Otras obras relevantes son la modernización y mejora de los ferrocarriles metropolitanos de Buenos Aires (Argentina); la supervisión de obra de 3 líneas de teleférico entre La Paz y El Alto (Bolivia), la señalización ferroviaria de Sao Paulo o la fabricación y señalización del tranvía de Cuiabá (Brasil). La impronta de las empresas españolas también está en el cercanías de Belo Horizonte (Brasil), el tranvía de Ayacucho (Colombia) y de San Isidro (Argentina), el Ferrocarril Suburbano de la Zona Metropolitana del Valle de México.
En América del Norte la presencia sigue en aumento. En Estados Unidos se ha participado en proyectos como Metro de Washington y Miami, unidades articuladas de Boston, Pittsburgh, Sacramento y Maryland y los tranvías de Houston, Seattle, Cincinnati, Phoenix, Kansas y Cagliari, así como el metro ligero de Austin y Metro St. Louis; mientras que en Canadá el sello de esta industria está en redes como el metro ligero de Toronto o el Metro de Montreal o el metro de Ottawa. Otro continente donde crecen las soluciones de la industria ferroviaria española es Asia con adjudicaciones en Metro de Hong Kong, Pekín, Hanghzou, Shanghái, Xian y Binhai (China), Hanoi y Ho Chi Minh City (Vietnam), Metro de Singapur (Malasia), Delhi, Calcuta, Bangalore, Cochi, Chennai, Hyderabad y Mumbai (India). En esta ciudad también han formado parte del monorraíl, además del tranvía sin catenaria de Kaohsiung (Taiwán) y el metro ligero de Manila (Filipinas).
Europa, África y Oceanía
En África se ha participado en el Me- tro de Argel y el tranvía de Ouargla (Argelia) y El Cairo (Egipto). Cabe destacar, asimismo, que en Oriente Medio las empresas españolas están presentes en casi todos los megaproyectos de la zona: La construcción de tres líneas del metro de Riad; el tramo elevado del metro de Doha (Qatar), que es uno de los más grandes del mundo; el tranvía de Lusail (Qatar). Esta emergente zona ha confiando en la alta cualificación de esta industria para acometer proyectos de especial envergadura como el máster plan del metro de la ciudad de Kuwait (Kuwait) y el Plan Director de transporte público de Mascate (Omán), el metro ligero de Abu Dhabi, el metro de Dubai (ambos en Emiratos Árabes Unidos) y el metro ligero de Astaná (Kazajistán) Junto a ellos, son responsables de la construcción y diseño de las dos estaciones e intercambiadores más emblemáticas (Major Stations Proyect) de la red qatarí: MSheireb, en el centro histórico, y Education City, en Doha. En Europa la lista también es muy extensa: Metro de Bruselas (Bélgica), Helsinki (Finlandia), Estocolmo (Suecia), Roma (Italia), Rotterdam (Holanda) o Bucarest (Rumania). A ellos se unen los tranvías y metros ligeros de Ámsterdam (Holanda), Edimburgo (Gran Bretaña), Nantes (Francia), Atenas (Grecia), Varsovia (Polonia), Luxemburgo (Luxemburgo), Antalya (Turquía), Belgrado (Serbia), Besançon (Francia), Birmingham (Reino Unido), Budapest y Debrecen (Hungría), Friburgo y Bielefeld (Alemania), Lisboa (Portugal), Tallin (Estonia), Utrecht (Holanda), Saint-Étienne (Francia) y Dublín (Irlanda). Por último, en Australia y Nueva Zelanda comienza una clara implantación de las empresas ferroviarias españolas. Los tranvías de Sidney, Newcastle, el metro de Camberra o el cercanías de Auckland son algunos de los ejemplos.