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Los fondos europeos se están distribuyendo en España a través de cuatro ejes transversales: transición ecológica, transformación digital, cohesión social y territorial e igualdad de género, que cuentan con diez políticas palanca de gran capacidad que impulsen el proceso de transformación económica y social, aumenten la productividad y mejoren la situación española en el futuro.
Las diez palancas recogen una treintena de componentes que articulan los proyectos de reforma. La mayoría de ellos tienen un carácter horizontal para el conjunto de la economía, pero hay algunos de ellos que son específicos y que contempla actuaciones directas en el transporte en general, y en el ferrocarril en particular, como las reflejadas en los componentes 1, de los tres con que cuenta la palanca primera, y el 6, específico que aparece reflejado en la palanca segunda.
La palanca primera que se centra en la “Agenda urbana y rural, la lucha contra la despoblación y desarrollo de la agricultura”, desarrolla en su primer componente, “Plan de choque de movilidad sostenible y conectada en entornos urbanos y metropolitanos”, una serie de medidas destinadas a impulsar el transporte público sostenible y el ferrocarril, centrado, en este último caso, en impulsar la red de cercanías con una dotación específica de 1.620 millones de euros.
En cuanto a la palanca segunda, “Infraestructuras y ecosistemas resilientes”, se incluye un componente directo, el 6, sobre la “movilidad sostenible, segura y conectada”. Se centra en la estrategia diseñada para conseguir una descarbonización, el desarrollo de los corredores ferroviarios, un programa de apoyo a la consecución de un transporte libre de emisiones y digital, así como para la mejora de la eficacia el sistema de transporte y distribución de mercancías.
“El componente 6 cuenta con un presupuesto de 6.667 millones de euros para lograr la descarbonización del transporte y su digitalización”
El desarrollo del Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia bajo estas palancas y componentes específicas van a permitir construir a medio plazo un nuevo modelo de transporte más sostenible, seguro, conectado y digital, donde el ferrocarril aproveche la oportunidad para convertirse en el verdadero protagonista del cambio en el horizonte europeo 2050.
¿Cuál debe de ser la estrategia para acelerar ese cambio modal que modela el componente 6? Desarrollar las iniciativas marcadas por la denominada “Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030”, documento que desarrolla nueve ejes estratégicos, que componen más de 40 líneas de actuación con más de 150 medidas concretas, para los próximos diez años.
El objetivo no es otro que descarbonizar la economía y dar respuesta al cambio climático, la irrupción de nuevas tecnologías y los desafíos producidos por la concentración cada vez mayor de población en las grandes ciudades. Por ello, destaca la especial atención a la potenciación del ferrocarril, que cuenta con una “estrategia específica”.
“La Estrategia Indicativa Ferroviaria”, un instrumento para planificar el desarrollo y mantenimiento y renovación en los próximos años, con el que impulsar el transporte por ferrocarril de pasajeros y de mercancías”.
El reto es, pues, lograr un nuevo reparto modal donde la balanza se incline hacia modos más sostenibles para reducir las emisiones asociadas al transporte. Mejorar las conexiones con los centros logísticos y completar los corredores europeos en España, el Atlántico y el Mediterráneo.
